Una vez tuve un sueño: Había un proyecto ilusionante en el que me incluyeron, todos los días me levantaba preocupado por ver que podía hacer para mejorar el rendimiento, la satisfacción, el control, las condiciones de trabajo, los diagnósticos... Incluso me metí a hacer bases de datos, estudios para englobarnos a todos, para unirnos. Todos llegábamos con una sonrisa, atendíamos nuestro trabajo, pero incluso preparábamos pequeñas investigaciones que se taducían en que el nombre de nuestro hospital se oía en algunos congresos. Muchas veces revisábamos nuestra actividad para comprobar que la hacíamos dentro de unos estándares de calidad. Durante el tiempo en el trabajo nos permitíamos bromear, y cuando salíamos nos llevábamos a casa papeles que revisar y temas que repasar. Nos íbamos contentos y satisfechos.
No podía durar mucho, ha llegado el cambio PPolítico. Ahora los lunes son LUNES (con mayúscula), la gente está de los nervios, nadie sabe que va a pasar, para que te vas a preocupar de ésto o de lo otro si mañana puedes estar en otro sitio, si nadie lo valora, si estás pensando en como defenderte de la próxima torta (con la que te llevan amenazando semanas-meses), ya no hay sonrisas, ni proyectos. ¿De verdad somos más eficientes?
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