miércoles, 9 de mayo de 2012

Momentos de placer

Si a alguién le preguntas sobre los momentos de placer te puede soltar cualquier cosa, desde actividades hechas en solitario a otras en las que se necesita compañía. Hay muchas cosas que proporcionan placer: el sonido de una voz, una melodía, una caricia, una palabra con un signicado concreto, el sonido de una palabra sin significado (eso lo sabemos los padres), un puro, al final del día, en ese momento justo de relax...
 Sin embargo, hay cosas más curiosas como, al desperarse temprano por la mañana, descubrir que todavía te quedan 2 horas para levantarte. Tengo que confesa que,  cuando era joven, a veces, hasta me ponía el despertador para sentirlo. Otro gran placer, éste más orgánico, es cuando tienes llena la vejiga y aguantas, y aguantas, y aguantas, y ya no puedes más, y aguantas... y aguantas, y ya no puedes,... pero aguantas, cuando al final llegas a la situación en la que ya no tienes porque aguantar, llegas a un climax cuya intensidad es directamente proporcional al tiempo de tenesmo:

P= k x t ; donde P es el  placer conseguido, k es la constante de proporcionalidad y t es el tiempo de tenesmo.

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