lunes, 20 de agosto de 2018

En la playa

Ayer llegamos a la casa de la playa.  Era ya tarde y unos amigos nos acogieron y dieron de cenar. Los niños se juntaron con sus niños y nos olvidamos de ellos.
A la mañana siguiente, después de una noche de sueño y con barba de 3 días, enciendo el grifo del agua caliente, me había olvidado, no hay.
La caldera se estropeó el último día del período anterior. Pero, estaba todo previsto y un técnico estaba avisado para venir esa mañana. 
Vino, dijo que no podía arreglarlo, nos cobró 54 euros y se fue. Total 15 minutos, a 3,6 euros por minuto. Nos quedamos peor que antes (ahora no teníamos ni esperanzas de arreglarla).
Fuimos a comprar un calentador nuevo. Se supone que la instalación tiene que ser por un instalador profesional, pero la caldera era fácil de encontrar, te la vende cualquiera, lo difícil es encontrar quien la instale (no me extraña que la gente intente instalársela ellos mismos).
Gracias a estos amigos lo conseguimos, o más bien lo conseguiremos.

Hoy toca ducha de agua fría.

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